Hace mucho, mucho tiempo que no me siento enfrente del ordenador a escribir un artículo con el que ayudaros a mejorar vuestro español o contaros aunque sea un poco sobre mí. Disculpad mi silencio, pero los últimos meses han sido de mucha reflexión y mucha toma de decisiones.
La primera de ellas y que más me costó tomar fue dejar Dinamarca, mi vida en Copenhague me encantaba, pero al final la oscuridad y el frío cada invierno se hicieron más duros para una chica que creció en Valencia (donde tenemos unos 300 días de sol al año, y lo que es un bien escaso es la lluvia).
Así que el 3 de junio dejé a un montón de amigos, estudiantes maravillosos y muchas experiencias enriquecedoras para volver a España. Esa España en la que el trabajo no abunda, pero también la que me vio crecer, formarme y empezar a soñar con ser profe. Tuve mucha suerte y me aceptaron en un proyecto que parecía hecho a mi medida: un programa de 5 semanas de formación para profesores, me pagaban el Máster de Educación Secundaria y después durante dos años me formarían mientras daría clases en un colegio como profesora de Lengua y Literatura en Secundaria. Sonaba muy bien y como todo en la vida, tuvo cosas buenas y malas.
El 28 de Madrid llegué a Madrid con muchos nervios, pero también con ganas de aprender y desarrollarme como profesional. Éramos 39 jóvenes de entre 22 y 37 años, todos con muchas ganas de cambiar el mundo y ayudar a combatir las desigualdades educativas. Ya en la primera semana nos quedó clara que la metodología básica de su método era el «refuerzo positivo» que como muchos ya sabréis consiste en premiar las conductas acertadas. Por ejemplo, halagando públicamente lo que el alumno hace correctamente en vez de lo negativo. Aunque es una técnica que ya usaba, conocer más formas de aplicarla me gustó mucho y os aseguro que funciona. Sé que funciona porque nuestros profesores la aplicaban con nosotros, tanto que se convirtió en una «inside joke» y no parábamos de hacer bromas al respecto. La verdad es que todos mis compañeros son gente excepcional, con la mayoría de ellos conecté mucho y espero que la amistad se perpetúe en el tiempo. Sin embargo, aquella primera semana ya vi cosas que no me gustaron mucho.
El horario que teníamos que seguir era bastante intenso: de 9 de la mañana a 13 formación, de 15:30 a 19 más formación. Después de las 19 siempre nos quedaban cosas por hacer, pequeños recados que nos mandaban. Todo esto en una sala a 35 grados en el calor de Madrid sin aire acondicionado, apenas con 2 ventiladores. Para mí no fue fácil entender como una fundación que se puede permitir pagar el alojamiento, el transporte, y la manutención de 39 personas no puede comprar o alquilar un par de ventiladores extra. Expresé mi crítica públicamente, al estilo danés y me consta que no gustó mucho…
En la segunda semana el ritmo se volvió vertiginoso: de 8 a 13 empezamos a dar clase a estudiantes que habían suspendido en junio y tenían que recuperar las asignaturas en septiembre. Nos metieron mucha presión haciéndonos conscientes de la importancia de nuestra labor. De 15.30 a 19 seguíamos haciendo la formación y después teníamos que preparar las clases de nuestros alumnos. Prepararlas siguiendo un sistema llamado «planificación en 5 pasos». Este sistema se basa en una apertura para motivar a los alumnos, introducción al contenido nuevo, práctica guiada de lo aprendido, práctica independiente y un cierre en el que normalmente se hacía un breve test para verificar la comprensión de lo enseñado.
Toda la formación que he recibido ha sido del más alto nivel, con técnicas muy novedosas y actualizadas que me han ayudado mucho a mejorar como docente. Sin embargo, la falta de autocrítica de la organización y las técnicas de manipulación (o motivación, según se mire) psicológica que usaron con nosotros me parecieron excesivas. Empezamos a bromear sobre que parecía una secta, que habían métodos propios de la película El método Gronholm, de la película la Ola… Había gente que creía que nos vigilaban mediante cámaras… La paranoia se desató un poco después de convivir juntos 24 horas de lunes a viernes, a veces terminando de planificar a altas horas de la madrugada, llegando a trabajar más de 14 horas… sin sueldo, solo por el placer de convertirnos en agentes de cambio y con la esperanza de conseguir un puesto de empleo fijo como docentes durante dos años.
En esta segunda semana, yo tuve problemas con mi tutora. Me riñó, en mi opinión injustificadamente, probablemente pagando conmigo sus frustraciones personales y yo me desanimé mucho, ya que estaba dejándome la piel para dar lo mejor de mí y sentí que ella no lo veía o no lo quería ver. Digamos que de 39 participantes alrededor de 35 hemos llorado en público en diferentes ocasiones… La presión (autoimpuesta o del grupo, no lo tengo claro) era muy alta. Todos sentíamos que desde la fundación las expectativas puestas en nosotras eran muy altas.
A partir de ahí, yo me sentí en el punto de mira y me esforcé todavía más por dar lo mejor de mí. Los que me conocéis sabéis lo importante que son mis alumnos para mí. Sin embargo, la organización consideró que «no iba a ser capaz de soportar la presión del programa» durante los próximos dos años. Me invitaron a abandonar el programa, a pesar de mi insistencia en que, para bien o mal, he resistido la presión en circunstancias mucho más adversas. Así que el lunes 21 de julio sentí que me habían puesto un caramelo en la boca, para arrebatármelo.
Lo que en un primer momento me dio muchísima pena por tener que renunciar a mis compañeros, a la formación y a los alumnos que me estaban enseñando tanto, después se convirtió en un nuevo comienzo. Un comienzo del que os hablaré muy pronto. Os adelanto que Spanishonline.es vuelve con muchos proyectos y muchas ganas de cambiar el mundo. Eso sí, sin que nadie me diga lo que tengo que hacer ni que no me esfuerzo lo suficiente. Os adelanto que de momento estoy instalada en La Eliana, mi pueblo natal.
Que divertido todo esto Maria!! Los cambios a veces son dificiles pero necesarios. Espero que lo disfrutes mucho!!
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Hola María! no te conozco, soy colega tuya, otra profe apasionada por enseñar el español. Llegué a tu blog buscando información sobre Dinamarca. Llevo aquí unos meses trabajando en un campo, teniendo mono de enseñar, de dar clase…muchísimo. Desde aquí te ánimo a que sigas enseñando y haciendo lo que te gusta, hay veces en la vida en las que en nuestro camino nos encontramos con personas que no saben valorar el esfuerzo o las horas de trabajo, la dedicación, Lo importante para ellos es el resultado, sin tener en cuenta el proceso. Quédate lo bueno, y aplicalo en tus clases! aprovéchalo y pasa página! un saludo desde el frío danés!
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